Conocer este uso coloquial del vocabulario taurino es necesario para cualquiera que aspire a mantener una conversación en castellano. Intenten si no traducir un cuento como el siguiente.
Paco había lanzado otro puyazo a Luis. Era habitual que Paco se comportara así con él. En realidad, todos pensábamos que Luis debía echar la pata p’alante, coger al toro por los cuernos y solucionar de una vez aquel asunto. Cualquiera de nosotros le hubiéramos echado un capote de necesitarlo.
Sin embargo, Luis no entró al trapo, dejó pasar las cosas haciendo un quiebro inteligente. Tenía mano izquierda para estos asuntos y conocía a Paco demasiado bien. Prefería ver los toros desde la barrera, aunque diera la sensación de que se quedaba fuera de cacho.
Al parecer, Luis tenía planes para realizar a toro pasado. Nos lo dijo a todos después:
–No penséis que me he rajado.
Luego, entre los amigos, unos decían que Luis era manso y otros que era bravo y valiente. Pero aunque ninguno sabíamos lo que pasaría en el futuro, todos intuíamos que entre Luis y Paco iba a haber toros.